La política municipal ha evolucionado mucho en los últimos tiempos. Hace unos años era impensable que el alcalde o la alcaldesa de una localidad del tamaño de Moraleja tuviera sueldo o se dedicará en exclusiva a atender las ocupaciones municipales, eran personas que tenían sus trabajos o sus negocios, o bien estaban ya jubilados, y dedicaban parte de su tiempo a los asuntos de su pueblo.
Pero los tiempos han cambiado, y los ayuntamientos han ido asumiendo cada vez más competencias. Y es normal que así sea, pues son los organismos públicos más cercanos a los ciudadanos, y por tanto los que mejor pueden asumir un gran número de servicios y gestiones para hacerle la vida más fácil a sus habitantes.
Esto supone que los alcaldes y alcaldesas, y en localidades con más población también algunos ediles, hayan tenido que abandonar sus ocupaciones habituales para dedicarse a atender los asuntos de los ayuntamientos. Y es normal que estas personas cobren un sueldo por ello, al dejar de percibir el salario de su trabajo habitual.
Cuando la alcaldesa de Moraleja es nombrada en su primera legislatura en 1999, trabajaba como auxiliar de enfermería en Coria. Dejó este trabajo para dedicarse a su labor en el ayuntamiento, y como es lógico empezó a percibir un salario que salía de las arcas municipales, el mismo que cobraba en el hospital. Y creemos que eso estuvo bien, no sería justo que hubiera percibido un sueldo menor. Después en 2003 pierde las elecciones y vuelve a su trabajo habitual, es decir, como auxiliar de enfermería.
Esas elecciones las gana Teresa Roca, que hasta ese momento trabajaba como maestra en Moraleja. Deja ese trabajo y empieza a cobrar de las arcas municipales exactamente el mismo sueldo que cobraba como maestra. Nos parece igual de justo que lo anterior. Después de las elecciones municipales de 2007 deja la alcaldía y regresa a su ocupación habitual.
Pero esta dinámica se rompe en 2008. La actual alcaldesa de Moraleja, la Sra. González, vuelve a ser nombrada alcaldesa tras las elecciones municipales de 2007, y compagina este cargo con el de Diputada en las Cortes Generales, cargo para el que fue elegida en 2004. Mientras ejerce los dos cargos como el salario de Diputada es muy importante, por lo que sabemos de unos 6000 euros al mes, no cobra nada del Ayuntamiento de Moraleja. Es más, contrata como personal de confianza a un asesor jurídico y pregona a los cuatro vientos que lo que debía cobrar ella se lo paga a este señor, por cierto, miembro importante de su partido al que ya le cobrará el favor cuando pueda.
Pero llegan las Elecciones Generales de 2008, ella sabe que para repetir como Diputada tiene que ir en el número 1 ó en el 2 de las listas de su partido por Cáceres, pero Carlos Floriano, en aquel momento presidente del PP en Extremadura, se coloca por delante de ella en la lista, dejándola en el número 3, que es muy honroso, pero que no basta para volver al Congreso de los Diputados. La Sra. González intenta por todos los medios colocarse en Madrid, incluso pide ir en las listas del Senado, y si no pregúntenle al senador de Coria, Sr. García Ballestero, al que presuntamente quiso moverle la silla.
Lógicamente deja de percibir el sueldo y las dietas que cobraba como Diputada, y es lógico que vuelva a cobrar un salario de las arcas municipales como alcaldesa de Moraleja. Pero lo que es vergonzoso es que ese sueldo se lo pone ella y asciende nada menos que a 3.500 euros mensuales (casi 600.000 de las antiguas pesetas), con dos pagas extras del mismo importe, es decir, 14 pagas de 3.500 euros, que son 49.000 euros anuales, más de ocho millones de las antiguas pesetas. Y eso sale en su totalidad del bolsillo de los moralejanos. Y otra cosa, el asesor jurídico sigue. Y no es gratis.
Y cuando se le piden explicaciones tiene la desvergüenza de decir que se ha sacrificado por los moralejanos y ha dejado de ser Diputada, donde cobraba mucho más, para dedicarse exclusivamente a la alcaldía. Primero, ella no se ha sacrificado por nadie, ya hemos explicado antes por qué salió del Congreso de los Diputados y cómo intentó por todos los medios colocarse en Madrid. Segundo, ella no tiene como actividad habitual ser Diputada en el Congreso. Aunque haya encontrado en la política un filón muy lucrativo su ocupación habitual es la de auxiliar de enfermería, oficio muy honroso sin ninguna duda, pero desde luego en el que no se cobran más de ocho millones de pesetas al año.
Sra. González, en estos tiempos de crisis, cuando se pide austeridad a todos los organismos públicos, cuando muchas personas se han quedado sin trabajo, cuando familias enteras lo están pasando tan mal, no es de recibo ponerse ese astronómico sueldo, que sale en su totalidad de las arcas municipales de Moraleja, y encima querer justificarlo de esta manera. No se lo cree nadie, Sra. González, debería caérsele la cara de vergüenza.
¿Qué nos quedara por ver?
Por F.M.G.
Pero los tiempos han cambiado, y los ayuntamientos han ido asumiendo cada vez más competencias. Y es normal que así sea, pues son los organismos públicos más cercanos a los ciudadanos, y por tanto los que mejor pueden asumir un gran número de servicios y gestiones para hacerle la vida más fácil a sus habitantes.
Esto supone que los alcaldes y alcaldesas, y en localidades con más población también algunos ediles, hayan tenido que abandonar sus ocupaciones habituales para dedicarse a atender los asuntos de los ayuntamientos. Y es normal que estas personas cobren un sueldo por ello, al dejar de percibir el salario de su trabajo habitual.
Cuando la alcaldesa de Moraleja es nombrada en su primera legislatura en 1999, trabajaba como auxiliar de enfermería en Coria. Dejó este trabajo para dedicarse a su labor en el ayuntamiento, y como es lógico empezó a percibir un salario que salía de las arcas municipales, el mismo que cobraba en el hospital. Y creemos que eso estuvo bien, no sería justo que hubiera percibido un sueldo menor. Después en 2003 pierde las elecciones y vuelve a su trabajo habitual, es decir, como auxiliar de enfermería.
Esas elecciones las gana Teresa Roca, que hasta ese momento trabajaba como maestra en Moraleja. Deja ese trabajo y empieza a cobrar de las arcas municipales exactamente el mismo sueldo que cobraba como maestra. Nos parece igual de justo que lo anterior. Después de las elecciones municipales de 2007 deja la alcaldía y regresa a su ocupación habitual.
Pero esta dinámica se rompe en 2008. La actual alcaldesa de Moraleja, la Sra. González, vuelve a ser nombrada alcaldesa tras las elecciones municipales de 2007, y compagina este cargo con el de Diputada en las Cortes Generales, cargo para el que fue elegida en 2004. Mientras ejerce los dos cargos como el salario de Diputada es muy importante, por lo que sabemos de unos 6000 euros al mes, no cobra nada del Ayuntamiento de Moraleja. Es más, contrata como personal de confianza a un asesor jurídico y pregona a los cuatro vientos que lo que debía cobrar ella se lo paga a este señor, por cierto, miembro importante de su partido al que ya le cobrará el favor cuando pueda.
Pero llegan las Elecciones Generales de 2008, ella sabe que para repetir como Diputada tiene que ir en el número 1 ó en el 2 de las listas de su partido por Cáceres, pero Carlos Floriano, en aquel momento presidente del PP en Extremadura, se coloca por delante de ella en la lista, dejándola en el número 3, que es muy honroso, pero que no basta para volver al Congreso de los Diputados. La Sra. González intenta por todos los medios colocarse en Madrid, incluso pide ir en las listas del Senado, y si no pregúntenle al senador de Coria, Sr. García Ballestero, al que presuntamente quiso moverle la silla.
Lógicamente deja de percibir el sueldo y las dietas que cobraba como Diputada, y es lógico que vuelva a cobrar un salario de las arcas municipales como alcaldesa de Moraleja. Pero lo que es vergonzoso es que ese sueldo se lo pone ella y asciende nada menos que a 3.500 euros mensuales (casi 600.000 de las antiguas pesetas), con dos pagas extras del mismo importe, es decir, 14 pagas de 3.500 euros, que son 49.000 euros anuales, más de ocho millones de las antiguas pesetas. Y eso sale en su totalidad del bolsillo de los moralejanos. Y otra cosa, el asesor jurídico sigue. Y no es gratis.
Y cuando se le piden explicaciones tiene la desvergüenza de decir que se ha sacrificado por los moralejanos y ha dejado de ser Diputada, donde cobraba mucho más, para dedicarse exclusivamente a la alcaldía. Primero, ella no se ha sacrificado por nadie, ya hemos explicado antes por qué salió del Congreso de los Diputados y cómo intentó por todos los medios colocarse en Madrid. Segundo, ella no tiene como actividad habitual ser Diputada en el Congreso. Aunque haya encontrado en la política un filón muy lucrativo su ocupación habitual es la de auxiliar de enfermería, oficio muy honroso sin ninguna duda, pero desde luego en el que no se cobran más de ocho millones de pesetas al año.
Sra. González, en estos tiempos de crisis, cuando se pide austeridad a todos los organismos públicos, cuando muchas personas se han quedado sin trabajo, cuando familias enteras lo están pasando tan mal, no es de recibo ponerse ese astronómico sueldo, que sale en su totalidad de las arcas municipales de Moraleja, y encima querer justificarlo de esta manera. No se lo cree nadie, Sra. González, debería caérsele la cara de vergüenza.
¿Qué nos quedara por ver?
Por F.M.G.